caricaturas de sí mismos

Después de ver el enésimo Barça-Madrid de los últimos meses echo mucho de menos ‘Las noticias del Guiñol’, pensando en los grandes personajes que se podrían haber hecho con Mourinho y Pepe. Una de las virtudes de aquel programa humorístico, que en muchas ocasiones era mejor programa de actualidad que cualquier informativo, era lograr que las personas reales superaran en surrealismo a su personaje de látex. Pepe y Mourinho han dado ese paso y sus personajes futbolísticos han superado a sus personas.

Pepe, que fuera del campo tiene una voz aflautada de niño bueno, sale al campo transformado en una especie de caballero templario en defensa de la cristiandad. Cualquier día lo vemos salir al campo de blanco y con una cruz patada roja en el pecho en lugar de escudo madridista. Pocas veces el nombre de un emblema definiría de manera tan precisa a quien lo lleva. Convierte cualquier acción del juego en una suerte de enfrentamiento trascendente contra el sarraceno culé, que suele traducirse en empujones, patadas a destiempo o codazos (in)voluntarios. Hoy queda un día menos para que termine lesionando a alguien.

Mourinho, por su parte, llegó a Madrid con el cartel de bad boy ganalototodo y a día de hoy está alcanzando niveles preocupantes de comportamientos extraños. A cada acto made in Mou le sigue otro que lo supera en extravagancia, insolencia o mala educación. Ayer se superó al meterle el dedo en el ojo al segundo entrenador del Barça en medio de la trifulca al final del partido. Esta acción no presagia nada bueno de cuál puede ser la siguiente.

Más allá de lo deportivo no tenemos que caer en la tentación de convertir todo lo que ocurre en el fútbol en ejemplo de la sociedad, ni mucho menos, convertir a los jugadores y entrenadores en modelos sociales con una responsabilidad pública en todos sus actos. Ni en los buenos ni en los malos. Simplemente porque esa responsabilidad no es suya. A mí el fútbol me gusta pero no me interesa, y no tomo modelos de cosas que no me interesan.

Por cierto, soy madridista.

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